A
finales del siglo XVIII las potencias europeas buscaban un sistema eficaz de
comunicaciones para el servicio oficial dentro de su territorio. El milenario
sistema de transmisión de señales visuales fue por entonces perfeccionado dando
como resultado el telégrafo óptico. Fue en la Francia revolucionaria donde el
primer sistema de telegrafía óptica moderna se utilizó por vez primera.
España
no fue ajena al desarrollo de esta tecnología. El conde de Aranda, a la sazón embajador en Francia, tuvo los primeros contactos con varios de sus precursores. Eligió
para desarrollar el telégrafo óptico español al prestigioso ingeniero Agustín
de Betancourt, quien en su vida profesional había contado con el apoyo del
conde de Floridablanca. Betancourt había residido en Francia e Inglaterra,
donde conoció los trabajos de Chappe y Breguet y de Murray respectivamente. A
su vuelta a España, Betancourt logró con el apoyo del ministro de Estado,
Mariano Luis de Urquijo, que Carlos IV aprobase el proyecto para la instalación
del telégrafo óptico en España.
Así, en
agosto de 1800 entró en funcionamiento la primera línea de telegrafía óptica
española, que unía Madrid con el Real Sitio de Aranjuez. La crisis de la
monarquía y la invasión napoleónica dificultaron la creación y la extensión de
una red de telegrafía óptica en España. Hubo que esperar al decenio de 1840
para que, bajo la dirección de José María Mathé, el telégrafo óptico se
desarrollase, más allá de los mencionados primeros enlaces entre la capital y
los Reales Sitios, con la construcción de tres líneas que enlazaron Madrid con
Irún, Cádiz y La Jonquera respectivamente
Torre de Monterredondo, en la linea Madrid-Irún |
La
primera, con 52 torres, entró en funcionamiento el 2 de octubre de 1846, y
permitió una primera conexión con Francia. Tres años después comenzó a
funcionar la línea que unía la capital con La Jonquera por Valencia y Barcelona.
Finalmente, en febrero de 1853 quedó concluida la línea Madrid-Cádiz. Lo tardío
de estas fechas impidió que la red de telegrafía óptica tuviese un mayor desarrollo
como consecuencia de la rápida expansión del telégrafo eléctrico.
El
telégrafo óptico tuvo un carácter exclusivamente oficial, tanto como sistema de
comunicaciones de la Corte en sus distintos emplazamientos palaciegos, como
gubernamental, en dependencia de los ministerios de la Gobernación y de
la Guerra.
El
sistema de telegrafía óptica consistía en una serie de torreones, conectados
visualmente entre sí, desde los que se transmitían señales codificadas,
similares a los sistemas todavía hoy empleados para la comunicación
marítima mediante banderas. La aparición del telégrafo eléctrico supuso el
declive de la telegrafía óptica, la cual sólo pervivió en su vertiente militar
a lo largo del siglo XIX, debido a la vulnerabilidad de las líneas electro-telegráficas
y por la imposibilidad de tender cables por todo el territorio de una manera
rápida.
De
hecho en 1855, año de la inauguración de la línea electro-telegráfica
Madrid-Irún, la línea homónima de telegrafía óptica quedó obsoleta y fue
desmantelada. Progresivamente hasta 1863 el resto de líneas correría la misma
suerte.
Torre de Navalapiedra |
Detengámonos
en una de las torres de la línea Madrid-Irún, concretamente la número 5, la
cual ha sido afortunadamente restaurada y luce orgullosa su silueta a 1.331 m
de altitud en la cumbre de Cabeza Mediana (también conocida como Cerro Cañal y como
Cerro del Telégrafo), desde donde domina la hoya de Villalba en el valle del
Guadarrama.
Conocida
como Torre de Monterredondo, fue edificada en 1841 y estaba eslabonada visualmente
con la torre número 4 (llamada de Navalapiedra) hacia el sur, la cual se
encuentra en buen estado de conservación en el término de Torrelodones (no
confundir con la airosa torre medieval de los Lodones) y con la número 6 hacia
el norte, en el puerto de Navacerrada, en lo que es hoy una pista de esquí que
recuerda con su nombre a la desparecida torre. La
Torre de Monterredondo fue restaurada en 2008 a partir de los planes originales,
año en que la dotó de una réplica de aparato de señales ópticas.
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