Desde la popularización de los
coches eléctricos o híbridos enchufables hace unos años, la asignatura
pendiente sigue siendo la simplificación del proceso de recarga de las
baterías.
Se han ideado fórmulas como el
reemplazo rápido de la batería descargada por una cargada en puntos de servicio
del fabricante, sistemas de carga rápida en estaciones de servicio
especializadas, o la proliferación de puntos de recarga no necesariamente
rápida.
La primera propuesta presenta el
inconveniente de que se corre el riesgo
de montar una batería desconocida, que no es propiedad del dueño del vehículo,
y que en caso de tener recorrida una gran parte de su vida útil dará unas
prestaciones limitadas.
Los puntos de carga rápida en
estaciones de servicio convencionales adaptadas a la carga eléctrica en
realidad no representan una ventaja apreciable respecto a la automovilidad por
motor de combustión. El tiempo de recarga raramente es inferior a los 20
minutos y además este tipo de carga rápida reduce la vida útil de la batería si
se acude con asiduidad a estos puntos de recarga. Desde luego los propietarios
de automóviles híbridos enchufables apenas acudirían a estas electrolineras.
El propietario de un vehículo
eléctrico o híbrido enchufable preferirá por tanto depender de sí mismo a la
hora de cargar su vehículo o tener la certeza de que en su actividad cotidiana
podrá encontrar el modo de recargar su vehículo sin que ello le suponga riesgos
o pérdidas de tiempo.
En viviendas unifamiliares (aisladas
o exentas, pareadas o adosadas) existe la posibilidad de cargar la batería del
vehículo particular durante los periodos en los que vehículo está parado.
Puesto que las recargas lentas y continuas son las más indicadas para las
baterías, esta opción es la más adecuada para un desempeño óptimo del vehículo.
En comunidades de vecinos de
viviendas colectivas ya se está popularizando la disponibilidad de puntos de
carga en los garajes de los inmuebles de modo que los vehículos eléctricos
puedan ser cargados en las mismas condiciones que en las viviendas
unifamiliares. En este caso se requiere un acuerdo entre los propietarios o
arrendatarios de las plazas de estacionamiento y la comunidad de vecinos para
resolver algunos puntos técnicos y administrativos de la instalación de carga.
Otra opción, que los utilizadores
de vehículos enchufables estaban esperando y que poco a poco se está abriendo
paso en nuestras poblaciones es la recarga lenta en espacios públicos. De este
modo, durante las gestiones que todos solemos hacer en los núcleos de
población, los vehículos quedan aparcados en zonas habilitadas para ellos y
pueden ser recargados sin prisa durante el tiempo que sus dueños emplean en
gestiones en las inmediaciones.
Un ejemplo de este apoyo de las
autoridades municipales a la movilidad eléctrica es la iniciativa del
ayuntamiento de Badajoz, que ha instalado puntos de carga de vehículos en
diferentes lugares del centro de la ciudad y que además, por un tiempo en
principio indefinido, ofrecerá el servicio gratuitamente.
Cortesía de GM |
Aparcamientos por horas de
iniciativa privada ofrecen ya en diversas poblaciones la posibilidad de cargar
el vehículo a un ritmo lento mientras sus propietarios ocupan su jornada laboral o su tiempo de
ocio.
Múltiples centros comerciales, de iniciativa privada pero en coordinación con las planificaciones
metropolitanas de los ayuntamientos, empiezan también a ofrecer esta
posibilidad de carga de vehículos, lo que ayuda a los conductores de este tipo de
vehículos a decantarse por realizar sus compras en centros equipados con electrolineras.
La gratuidad del servicio en este caso no está garantizada. El nuevo centro
comercial del centro urbano de Galapagar (Madrid) dispondrá a partir de abril
de esta infraestructura.
Una manera de abaratar el coste de
recarga en estas electrolineras en espacios públicos consiste en dotar a las
plazas de aparcamiento con punto de carga, de marquesinas fotovoltaicas, que a
la función de generación eléctrica añaden la de proporcionar sombra al
vehículo. De este modo tanto la iniciativa privada como la pública pueden
ofrecer incentivos al uso de vehículos enchufables a un coste de explotación
mínimo, una vez que la inversión inicial ha sido amortizada.
En la medida en que todas las
alternativas de carga se han ido extendiendo por nuestro territorio la
viabilidad de los vehículos eléctricos o híbridos enchufables se está haciendo
realidad.
JS ENGINEERING & MANAGEMENT gestiona proyectos de electromovilidad.
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