domingo, 25 de enero de 2015

ELECTROLINERAS PARA TODOS

Desde la popularización de los coches eléctricos o híbridos enchufables hace unos años, la asignatura pendiente sigue siendo la simplificación del proceso de recarga de las baterías.

Se han ideado fórmulas como el reemplazo rápido de la batería descargada por una cargada en puntos de servicio del fabricante, sistemas de carga rápida en estaciones de servicio especializadas, o la proliferación de puntos de recarga no necesariamente rápida.

La primera propuesta presenta el inconveniente de que  se corre el riesgo de montar una batería desconocida, que no es propiedad del dueño del vehículo, y que en caso de tener recorrida una gran parte de su vida útil dará unas prestaciones limitadas.

Los puntos de carga rápida en estaciones de servicio convencionales adaptadas a la carga eléctrica en realidad no representan una ventaja apreciable respecto a la automovilidad por motor de combustión. El tiempo de recarga raramente es inferior a los 20 minutos y además este tipo de carga rápida reduce la vida útil de la batería si se acude con asiduidad a estos puntos de recarga. Desde luego los propietarios de automóviles híbridos enchufables apenas acudirían a estas electrolineras.

El propietario de un vehículo eléctrico o híbrido enchufable preferirá por tanto depender de sí mismo a la hora de cargar su vehículo o tener la certeza de que en su actividad cotidiana podrá encontrar el modo de recargar su vehículo sin que ello le suponga riesgos o pérdidas de tiempo.

En viviendas unifamiliares (aisladas o exentas, pareadas o adosadas) existe la posibilidad de cargar la batería del vehículo particular durante los periodos en los que vehículo está parado. Puesto que las recargas lentas y continuas son las más indicadas para las baterías, esta opción es la más adecuada para un desempeño óptimo del vehículo.

En comunidades de vecinos de viviendas colectivas ya se está popularizando la disponibilidad de puntos de carga en los garajes de los inmuebles de modo que los vehículos eléctricos puedan ser cargados en las mismas condiciones que en las viviendas unifamiliares. En este caso se requiere un acuerdo entre los propietarios o arrendatarios de las plazas de estacionamiento y la comunidad de vecinos para resolver algunos puntos técnicos y administrativos de la instalación de carga.

Otra opción, que los utilizadores de vehículos enchufables estaban esperando y que poco a poco se está abriendo paso en nuestras poblaciones es la recarga lenta en espacios públicos. De este modo, durante las gestiones que todos solemos hacer en los núcleos de población, los vehículos quedan aparcados en zonas habilitadas para ellos y pueden ser recargados sin prisa durante el tiempo que sus dueños emplean en gestiones en las inmediaciones.

Un ejemplo de este apoyo de las autoridades municipales a la movilidad eléctrica es la iniciativa del ayuntamiento de Badajoz, que ha instalado puntos de carga de vehículos en diferentes lugares del centro de la ciudad y que además, por un tiempo en principio indefinido, ofrecerá el servicio gratuitamente.
                                                                                                                              Cortesía de GM
Aparcamientos por horas de iniciativa privada ofrecen ya en diversas poblaciones la posibilidad de cargar el vehículo a un ritmo lento mientras sus propietarios  ocupan su jornada laboral o su tiempo de ocio.

Múltiples centros comerciales, de iniciativa privada pero en coordinación con las planificaciones metropolitanas de los ayuntamientos, empiezan también a ofrecer esta posibilidad de carga de vehículos, lo que ayuda a los conductores de este tipo de vehículos a decantarse por realizar sus compras en centros equipados con electrolineras. La gratuidad del servicio en este caso no está garantizada. El nuevo centro comercial del centro urbano de Galapagar (Madrid) dispondrá a partir de abril de esta infraestructura.

Una manera de abaratar el coste de recarga en estas electrolineras en espacios públicos consiste en dotar a las plazas de aparcamiento con punto de carga, de marquesinas fotovoltaicas, que a la función de generación eléctrica añaden la de proporcionar sombra al vehículo. De este modo tanto la iniciativa privada como la pública pueden ofrecer incentivos al uso de vehículos enchufables a un coste de explotación mínimo, una vez que la inversión inicial ha sido amortizada.

En la medida en que todas las alternativas de carga se han ido extendiendo por nuestro territorio la viabilidad de los vehículos eléctricos o híbridos enchufables se está haciendo realidad.

JS ENGINEERING & MANAGEMENT gestiona proyectos de electromovilidad.

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